• 1 kg de calabacines
• 1 cebolla pequeña
• Caldo
• 70 g de queso gruyére o 2 porciones de quesitos
• Aceite
• Sal

Preparación

Se pelan los calabacines y se cortan en cuadraditos o en rebanadas finas. Se pica la cebolla y se rehoga a fuego suave en el fondo de la cazuela con un poco de aceite. Cuando se empiece a dorar, se añaden los calabacines y se les dan unas cuantas vueltas junto con la cebolla, rehogándolos también un poco. Se vierte después por encima el caldo caliente, sin que llegue a cubrirlos, pues, al cocer, los calabacines sueltan mucha agua. Se tapa la cazuela y se deja cocer a fuego lento unos 20 minutos o media hora. Cuando estén hechos, se pasan por el pasapuré y, estando aún calientes, se añade el gruyére rallado los quesitos cortados en trozos pequeños, moviendo bien la crema para que el queso se funda. Cuando queda la crema homogénea, se sazona de sal con precaución, pues el queso ya la contiene, y se sirve caliente. En el caso de añadir gruyére, conviene suavizar el sabor, agregando además un poco de leche.

Notas A esta crema, se le puede añadir, en vez de queso, nata liquida (100 g) después de apartar la cazuela del fuego, pudiéndose servir esta variante tanto caliente como fría.