Herramientas de usuario

Herramientas del sitio


la_ultima_carta_de_petronio

La última carta de Petronio

10/03/2025

Llegó el momento en que Petronio, amigo durante mucho tiempo del emperador Nerón, se vio abocado a elegir entre ser asesinado por el paranoico mandatario o quitarse la vida con un poco más de placidez. Eligió esto último, pero antes se permitió el lujo de elaborar su obra póstuma: una carta a su antes amigo Lucio Domicio, sincerándose por fin después de años de servilismo y adulación.

Bien sé, divino César, que me esperas con impaciencia, y que tu leal corazón de amigo fiel padece con mi ausencia. No ignoro que está dispuesto a colmarme de honores, a nombrarme prefecto de la guardia pretoriana y a mandar a Tigelino que torne ser lo que a los dioses les plugo que fuera: mulero, en las fincas que heredaste después de envenenar a Dominicio; pero, divino, tengo que excusarme…

Por el Averno, y más particularmente por las sombras de tu madre, de tu esposa, de tu hermano y de Séneca, te juro que no puedo ir a verte. La vida es un tesoro y me vanaglorio de haber sacado de él los materiales con que he hecho, para disfrutarlas, las más preciadas joyas; pero también hay en la vida cosas que no tengo resignación para soportarlas más. No creas, te lo ruego, que me ha herido profundamente el que asesinaras a tu madre, a tu mujer y a tu hermano; que me he indignado porque incendiaras a Roma y enviarás al Erebo a todos los ciudadanos honrados de tu imperio; no, amadísimo nieto de Cronos: la muerte es el fin natural de todos los seres y no era dable esperar de ti otras proezas.

Pero tener que soportar por largos años tu canto que me destroza los oídos, ver tu barriga digna de Domicio, y tus flacas piernas dando grotescas volteretas en la pírrica danza; escuchar tu música, oírte declamar versos que no son tuyos, desdichado poetastro de suburbio, son cosas verdaderamente superiores a mis fuerzas y a mi paciencia, y han acabado por inspirarme el irresistible deseo de morir. Roma se tapa los oídos por no oírte, y el mundo se ríe de ti y te desprecia. En cuanto a mí, no puedo continuar avergonzándome de tu insignificancia, ni aunque pudiera lo querría. ¡No puedo más!

Los ladridos de Cerbero serán para mí menos molestos que tu canto, aunque a él se parezcan; porque, al fin y al cabo, nunca fui amigo de Cerbero, no tengo motivos para avergonzarme de su ladridos.

Salud, augusto, y no cantes; asesina, pero no hagas versos; envenena, pero no bailes; incendia, pero no toques la cítara! “Estos son los deseos y el último consejo del Arbiter Elegantiorum.

Petronio. Carta póstuma al emperador Nerón

Este sitio web utiliza cookies. Al utilizar el sitio web, usted acepta almacenar cookies en su computadora. También reconoce que ha leído y entendido nuestra Política de privacidad. Si no está de acuerdo abandone el sitio web.Más información
la_ultima_carta_de_petronio.txt · Última modificación: 2025/03/10 22:26 por hispa

Donate Powered by PHP Valid HTML5 Valid CSS Driven by DokuWiki