• 350g de macarrones
• 100g de queso rallado
• 50g de mantequilla
• 1 taza de salsa de tomate
• 1 tazón de caldo
• 1 cucharada de harina
• Sal y pimienta
• Aceite

Preparación

Se cuecen los macarrones en abundante agua con sal y un chorrito de aceite (así se evita que se peguen), removiendo de vez en cuando.

En una cacerola se pone la mitad de la mantequilla, se lleva a la lumbre y, cuando está derretida, se añade la harina. Se mueve bien y a continuación se echa la salda de tomate. Se deja que dé un hervor y se incorporan al conjunto el caldo y la pimienta molida. Se cuece la salsa unos minutos a fuego suave, para que se reduzca.

Se escurren los macarrones y se pasan rápidamente bajo el grifo de agua fría. Se añade la mitad del queso rallado y se vierte sobre los macarrones colocados en una fuente resistente al horno. Se espolvorea por encima el resto del queso rallado y la mantequilla troceada.

Se ponen los macarrones a horno caliente (con el fuego de arriba) hasta que el queso se dore y se sirven inmediatamente.