Pena negra de almas blancas
04/02/2025
Ombligo de Andalucía fue un disco muy personal de Paco Herrera, poniendo en música y letra el sentir de una gran mayoría de andaluces recién salidos de décadas… ¿qué digo décadas? ¡Siglos! de oscuridad, de opresión y de feudalismo. Hoy, en la Andalucía del PP y de VOX, la de los colegios concertados y la sanidad privada, podría considerarse una obra victimista, «guerracivilista» incluso, como les gusta decir a la derecha, reabriendo viejas heridas. En 1980, sin embargo, la cosa era muy distinta: la herida estaba fresca, abierta y sangrante. Nos separan de este disco tantos años como años separaban la publicación de este disco del inicio de la Guerra Civil. La memoria aún no se había perdido, aunque las abuelas no hablaran casi nunca de ello. Tal vez deberían haber hablado mucho más, por mucho que doliera hacerlo. Tal vez entonces las dos generaciones siguientes no habrían olvidado a los miles de andaluces que murieron para entregar su tierra a una casta de señoritos para que esclavizaran a sus hijos. Tal vez entonces no estaríamos echándonos en brazos de quienes pretenden perpetuar lo que siempre fue Andalucía: un cortijo, un feudo, una plantación de esclavos.
Como niño emigrante que fui en su día, este disco y sus canciones eran de lo poco a lo que podíamos agarrarnos entonces en Andalucía para dejar de ser el tablao de España y levantar un poco la cabeza más allá de Despeñaperros, donde sólo éramos la mano de obra barata, la carne de cañón para ETA o el faranduleo de los locales de fiesta madrileños.
Pena negra de almas blancas,
de cuchillos y tijeras
clavaos a golpe de golpes
por una mano derecha.
Pena negra de almas blancas
por la andaluza dehesa
poblada de reses bravas
para lidiar en la feria.
Sí, pena negra de almas blancas,
porque estercolan las bestias
nobles terrones de barro
ayer tripas de trincheras.
Pena negra de almas blancas,
tantísimas tierras quietas
regadas con sangre de hermanos
que murieron en la guerra,
muriendo como gusanos
en fratricida contienda,
los unos por conquistarla
y los otros por defenderla.
Déjanos ya, señorito,
que le plantemos cosechas,
que hay muchos padres y hermanos
en la entraña de esa tierra
que un día dejaron sus casas
para morir por una idea.
Déjanos ya, señorito,
que trabajemos esa tierra,
que abonada está con la sangre
generosa de almas buenas,
por lo menos para recogerla en panes
que presidan nuestras mesas.
Si es igual la del Marxista,
Joseantoniano, poeta,
labradores, falangistas,
republicanos o veletas…
Si todos lo último que besaron
fue el polvo de estas tus tierras,
muriendo como gusanos
en fratricida contienda,
los unos por conquistarla;
los otros por defenderla.
Tal vez por eso tus reses
sean todo trapío y nobleza,
y que mueran por tu divisa
luchando contra una fiesta,
porque en sus pastos va sangre
y nobleza de gente buena.
La sangre de tantos hermanos
que le da fuerza a esas hierbas,
que le da el verde a los tallos
y el rojo a la adormidera
y que en callada eucaristía
le dan vida a toda tu hacienda…
Y tantos miles de hermanos
cayeron luchando en ella,
para que ahora sean paraíso
del conejo y tu escopeta… hombre…
Pena negra de almas blancas,
de almas blancas, pena negra.
Paco Herrera - Ombligo de Andalucía